El diseño interior de este apartamento, en el norte de Bogotá, se basa en la premisa de lograr una vida en medio de la vegetación, como si de una casa campestre se tratara.

Ciertamente, la pandemia halaformadevida y coello larquitectura y ediseñoEcuidaddela saluexigrepensalviviendefunción delanuevanecesidadesasí comela importancidedisponedeuespacipara trabajarDelldependebuevivideun sinnúmerdepersonaqudurantlodías dconfinamientinclusdespués– se vieroobligadas a trasladasoficina a lcasa.

Este reto –que equivale a adaptar el lugar de trabajo a las condiciones de la vivienda– lo asumió la diseñadora de interiores Claudia García, creadora de Studio Modo, quien reconfiguró este hogar, ubicado en un edificio de la constructora Amarilo, con el propósito de que sus dueños realizaran sus labores profesionales sin salir de él. En este sentido, lo natural desempeñó un papel esencial, puesto que la presencia de vegetación constituye uno de los vectores del proyecto: “Dado que mi carrera me impide salir de la ciudad, necesitaba que mi apartamento fuera lo más parecido a una casa campestre, en la que pudiera disfrutar de la naturaleza permanentemente. En suma, quería un lugar propicio para trabajar y a la vez agradable para descansar”, comenta la propietaria.

Así, la diseñadora desarrolló la idea de incorporar la vegetación a la arquitectura.  Exaltó el paisajismo presente en las terrazas y balcones, y lo convirtió en el corazón de la casa: “Aquí la gran protagonista es la naturaleza, que abraza todo el apartamento y crea una atmósfera selvática, rebosante de vida y, sobre todo, cálida”, agrega García. El concepto es, pues, vivir en medio del verde, aun en la ciudad. A lo anterior se suma el uso de elementos orgánicos como la madera, que se encuentra a lo largo y ancho del proyecto. El suelo y buena parte de la carpintería son de este material, que después de la vegetación, predomina. “La madera es, sin duda, indispensable. Se instaló no solo en el piso, sino en los paneles que revisten las puertas”.

 

 

Su color oscuro contrasta con el verdor de la naturaleza. Además, gracias a su calidez disminuye el frío que destilan el metal y el cemento, que también forman parte del repertorio utilizado. En cuanto a la distribución, la cocina se integró al comedor y la sala en procura de que el área social se perciba más amplia. Por un lado, eliminaron los muros divisorios a fin de que sea un espacio abierto, moderno y sofisticado, y por otro, elaboraron los muebles en colores taupé, análogos al tono del piso y la carpintería.

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Aunque una parte del mobiliario fue diseñada a la medida por la línea Modo Mobiliario, la mayoría de las piezas son italianas, específicamente de las marcas Jesse y Poliform, caracterizadas por una estética vanguardista que compagina con el estilo del apartamento. De hecho, uno de los grandes desafíos consistió en lograr llevarlo a término pese a las restricciones derivadas de la pandemia. “Importar los muebles en medio de esta contingencia no resultó nada fácil, fue la principal dificultad del proyecto”.

La introducción de elementos naturales traza un nuevo camino en la tarea de transformar el ambiente doméstico para fusionarlo con el laboral. La abundante vegetación que envuelve este apartamento permite vislumbrar el futuro inmediato de la arquitectura y el diseño, en el que los espacios verdes pasarán de ser algo accesorio o prescindible, para convertirse en un componente esencial de toda vivienda.

 

Fuente: https://www.revistaaxxis.com.co/arquitectura/apartamento-norte-bogota-casa-campestre/?fbclid=IwAR0O-d4ty9TU6U3hjdgba30fH-dlAVY8UKTVF6eVT3aF7OJSqo_mnOQIIPc